15/5/13

Susanoo no Mikoto


Izanagi e Izanami, Eitaku Kobayashi (1885, era Meiji). En la escena representada aquí,
Izanagi, por petición de las deidades celestiales, remueve desde el Puente Flotante del Cielo
las aguas con una alabarda decorada con joyas, para crear la isla Onogoro. 


Cuando Izanagi e Izanami, dos de las principales deidades de la mitología japonesa, procrearon las islas, pasaron a dar a luz a los dioses. Al dar a luz a uno de ellos, llamado Kagutsuchi –el dios del fuego-, Izanami se quemó sus órganos sexuales y cayó enferma, y acabó muriendo por ello.
Izanagi fue a buscarla al País de las Tinieblas (Yomi), para tratar de traerla de vuelta. Sin embargo, miró antes de tiempo a su esposa, contemplando su monstruoso e infernal estado, e Izanami tuvo que quedarse en el más allá. Enfurecida, le persiguió, pero Izanagi consiguió escapar.
Tras volver del más allá, Izanagi necesitaba purificarse de dicho viaje, por lo que se desnudó y se bañó en el río. De cada prenda que se quitaba nacía una nueva deidad, y también de cada parte de su cuerpo que lavó.

Al lavarse el ojo izquierdo, Izanagi dio a luz a Amaterasu (diosa del Sol)
Al lavarse el ojo derecho, dio a luz a Tsukuyomi (dios de la Luna)
Al lavarse la nariz, dio a luz a Susanoo (dios de las tormentas y tempestades).
A la izquierda, Amaterasu saliendo de la cueva (detalle).
A la derecha, combate entre Susanoo y Yamata no Orochi